La escuela es un espacio experiencial, práctico-teórico que posibilita la adquisición de aprendizajes profundos. Aprendizajes sobre los que la convivencia escolar es una arista preponderante, ya que tienen efectos comprobados sobre el rendimiento del estudiantado, su desarrollo socioafectivo y ético, el bienestar individual y grupal, y sobre la formación ciudadana. El clima escolar ejerce un poder determinante en el desempeño de las y los estudiantes y su nivel de aprendizaje.
Responsabilizarse de la convivencia escolar, posibilitando la generación de un espacio comunitario, reconociendo los derechos de niñas, niños y adolescentes como inalienables, y poniendo atención a la diversidad de necesidades de quienes conforman dicha comunidad, cuidando su bienestar e integridad, es tarea de todas y todos los actores educativos. AsÃ, utilizamos el diálogo como primera herramienta para potenciar la convivencia, basada en el buen trato que sugiere la educación emocional. Asimismo, guiamos al estudiantado en el reconocimiento de sus emociones, el autoconocimiento, el autocontrol, manejo de impulsos y actitudes. La toma de consciencia y comprensión del ser emocional permite la gestión y expresión emocional de manera adecuada para brindar un trato respetuoso y no discriminatorio con todas y todos los integrantes de la comunidad educativa, establecer y mantener relaciones interpersonales saludables y gratificantes mediante el diálogo y la comunicación asertiva que lleven a la resolución pacÃfica de conflictos que pudieran suscitarse en la comunidad.