Toda comunidad se entiende formada por personas, dotadas de sentidos
particulares y de perspectivas únicas. De allí que toda comunidad tienda a
organizar su funcionamiento estableciendo las pautas por las que se desarrollará
la convivencia entre las partes. En este sentido, el Reglamento Interno es “el
instrumento elaborado por los miembros de la comunidad educativa, de
conformidad a los valores expresados en el proyecto educativo institucional, que
tiene por objeto permitir el ejercicio y cumplimiento efectivo, de los derechos y
deberes de sus miembros, a través de la regulación de sus relaciones, fijando en
particular, normas de funcionamiento, de convivencia y otros procedimientos
generales del establecimiento”.
Lo anterior permite comprender que el Reglamento Interno es un instrumento de
suma importancia para percibir el funcionamiento estructural y normativo que
rige al Colegio, al tiempo que entrega las pautas de la sana convivencia.
Entendiéndose que todas y todos los actores son sujetos de derecho y, para el
resguardo de estos, deben también cumplir determinados deberes.
Por su parte, existen una serie de principios consagrados en el artículo 3 de la Ley
General de Educación que los Reglamentos Internos deben respetar, tanto en su
integridad como en sus disposiciones. Para la correcta interpretación de las
disposiciones del presente Reglamento Interno es necesario explicitar dichos
principios que garantiza la ley.